A veces, simplemente hay que aceptar las cosas como vienen,
sin buscarles un doble sentido o tratar de descifrarlas más de la cuenta. Se
trata de enfrentarlas lo mejor posible, salir lo menos lastimados que se pueda,
y seguir adelante sin darle tantas vueltas.
Con esto quiero decir que no siempre hay que complicarse la
vida buscándole tres pies al gato. Sí, la vida puede ser difícil, eso es
cierto. Pero no todo es trauma, no todo viene de la infancia, y no todas las
personas a nuestro alrededor son narcisistas o villanos de telenovela.
Eso sí, tampoco se trata de ignorar lo que sentimos.
Trabajar en uno mismo es importante, y cuando hace falta, ir a terapia también
lo es. Lo esencial es saber distinguir cuándo realmente necesitamos ayuda
profesional y cuándo podemos hacernos cargo con las herramientas que ya
tenemos, sin convertir cada obstáculo en un
ENORME DRAMA.
Psi. GCuadra
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