Hoy día del niño, recuerdo cuando de chiquita (en segundo año para ser precisa) la celebración de dicho día para mí era tan grandiosa, tan emocionante, tan majestuosa. Bueno, faltan palabras para describir la emoción tan grande que me embargaba.
Nosotros fuimos una familia de muchos (12 hermanos) y la situación económica no era tan boyante, pero en el día del niño me daban cosas a las que en días normales jamás podría aspirar. . .
Es por eso por lo que esa fecha a mí me encantaba. pues me comía desde medio melón con una bola de nieve de limón (¡sí! completito para mí), quesadillas, sopesitos, gelatina, pastel, dulces, hasta el regalo de mi maestro –mi queridísimo y recordado maestro Rafael–. Para terminar con un hermoso festival con payasos “de a deveras”.
Imaginarán la anticipada noche de emoción a la que me enfrentaba, a tal grado, que mis papás me tienen que untar un poco de vick vaporub para que mantuviera mis ojos cerrados y así el sueño me venciera.
Te darás cuenta qué yo tuve una infancia
muuuuuuuy feliz ( al menos así lo creo y me siento ) en la actualidad manejan el termino de NIÑO INTERIOR, ( para mí son modas, - eso no quiere decir que no existe, sino que ahora ya lo llaman así- cuando siempre ha existido ) esa parte antigua de nosotros mismos que aparece a veces repentinamente e intempestivamente en forma de emociones, pensamientos y sentimientos ante determinadas circunstancias... y que se forma principalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas , que tenemos durante los primeros años de la infancia.
Ahora bien, dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interioricemos, el niño interior puede ser un “SER” alegre, confiado, y sensible o por el contrario, alguien con temor ante la vida, y enojado con la misma y también temeroso.
¿Qué podemos hacer en la actualidad con ese ser indefenso y temeroso?
· Aprende a darle “algo” de lo que necesitó y no obtuvo. No podemos volver al pasado y reparar eso que paso. Pero sí podemos de alguna manera ofrecer hoy experiencias reparadoras.
· Aprende a detectar esos estados, y al “cacharlos” dale a esa “personita” lo que necesita, es decir aprende a darle algo que necesito y no obtuve, seguramente no podemos volver al pasado y reparar lo que ocurrió, no obstante, si podemos de alguna forma ofrecernos en el PRESENTE experiencias reparadoras y gratificantes.
· Aprende a calmarlo y consolarlo cuando se sienta mal. Y aunque parezca tonto, dile (dite a ti mismo) palabras gratificantes, placenteras, por ejemplo, “Yo estoy aquí contigo”, “lo que estás sintiendo son emociones que pasarán”.
· Ofrécele pautas para regular sus emociones. “Vamos a dejar que pase un poco de tiempo. Tratemos de analizar lo que estamos sintiendo, ya luego pensaremos qué es lo mejor que podemos hacer”.
Con esto te quiero decir y dar ejemplos de cómo puedes empezar a hacerte cargo de él.
Muchos de nosotros guardamos en nuestro corazón el niño que fuimos. Es momento de hacernos cargo de él y sanar nuestras heridas emocionales.
Ya que ocuparnos de nuestro Niño interior nos ayudará a vivir una vida adulta más plena tranquila y sobre todo a desarrollar una buena autoestima
Mi niña interior sigue hoy más presente que nunca, y yo la amo hoy igual o más que ayer.
Psic. GCuadra
