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Muy por el contrario, nos quita eficiencia y lucidez para vivir el presente.
Por ejemplo, si se sienten deprimidos por un día nublado, no es a causa del día nublado, sino porque se están diciendo cosas negativas con respecto a el día. Y por supuesto esto no quiere decir que se deban engañar diciéndose cosas que les hagan disfrutar ese día nublado, sino más bien, el preguntarse ¿Por qué voy a escoger la depresión o la tristeza? Y repreguntarnos ¿acaso ponerme triste me ayudará a enfrentarme a este día, de una manera más eficiente?
Solo nosotros somos responsables de lo que sentimos, y de lo que pensamos, y también podemos aprender a pensar y sentir diferente sobre cualquier cosa, claro si decidimos hacerlo. Y entonces sería importante preguntarnos a nosotros mismos, si vale la pena, si nos compensa ser infelices, estar tristes o sentirnos ofendidos. O todo lo contarios. Si te das cuenta, solo es cuestión de elección, o una u otra, ¿tú cual prefieres?
O mejor aún, si ya te cachaste tristeando, empieza por cambiar esa forma de ver la cosas, como si fuera un prisma, cambia por otro ángulo, y te encontraras cosas maravillosas
Un abrazo
Psi G Cuadra