A
veces en consulta me suceden cosas maravillosas porque, sabiendo crear la
atmósfera correcta, se convierte en un espacio sagrado, mágico, en donde dos
seres humanos suspenden tiempo, comparten espacio, juicios, sentimientos,
emociones y en donde se revela el verdadero milagro de la transformación
personal, con un intercambio de palabras sentidas y verdaderas. Es ahí en donde
realmente me desprendo de todo ego, y me dedico con todo mi corazón a escuchar
y entender a la persona que está frente de mí; en donde me imagino -con toda la
intención de poder sentir lo que estás sintiendo,
imaginando, oyendo- lo que me dices.
Y en donde cada palabra, cada pensamiento y
cada acción que realizo no tiene otro objetivo que el darte paz, esperanza, tranquilidad,
fortaleza, alegría y fe en ti misma/o.
Y
de ahí que me sienta orgullosa de dedicarme a lo que hago, me encanta impulsarte
y apoyarte allí donde lo necesites. Me encanta poder sacar lo mejor que hay en
las personas que con toda su preocupación acuden a mí. Me encanta poder
conocerte y ayudarte allí donde pueda, y hasta donde tú quieras.
Graciela CuaDRA